¿Dónde estás?
¿Es que el pájaro-que-da-cuerda
no te ha dado cuerda?
"Mi corazón late con un sonido seco,
duro,
como un puño golpeando una pared
una y otra vez,
sin descanso."
Silencio.
Y empiezan a sonar
las notas del piano.
El agua corre por el desagüe,
las gotas resbalan por mis hombros,
apoyado contra la pared de la ducha
pienso:
¿Quién eres?
¿Soy yo realmente yo?
¿Soy el gato?
¿Una crisis de identidad,
o simplemente…
el miedo?
Temor.
Angustia.
Rabia.
Egoísmo.
Todo reducido a un pinchazo.
Últimamente sueño con la muerte.
La tuya.
La mía.
Tú avanzas al borde del abismo,
pareces dormida.
¿Acaso fui yo quien te durmió el corazón?
Intento detenerte,
pero mi mano no alcanza.
Tu cuerpo se disuelve
como si no pudiera tocarte.
Y tú… sigues caminando.
¿Qué hice mal?
¿Por qué no te detienes?
Solo recuerdo ese momento.
Tal vez el sueño
no tiene principio ni final.
O quizás
el final es este.
Aquí.
Ahora.
En la realidad.
El agua caliente se agota,
el tiempo se escurre entre mis dedos.
No puedo quedarme atrapado
en el fondo del pozo
esperando a que alguien tire una piedra
solo para saber
si sigo vivo.
Pero este pozo…
es diferente.
Este pozo
se quedará siempre
dentro de mí.
El vaho cubre el cristal.
Cierro el agua.
Las paredes sudan vapor.
Mi piel arde.
Me seco.
Y pienso:
El amor debe doler.
Aunque sea un poco.
¿Se puede amar sin temor?
¿Estaba este miedo desde el principio?
Tú dominas mi corazón.
Y eso me da miedo.
Porque mi corazón
me da la vida.
Y tú
eres dueña de él.
Do, re, mi, fa, fa, do, la, si, do…
suena el piano desde la habitación.
Desempaño el espejo,
pero no veo nada.
¿Quién soy?
¿De verdad quieres estar con alguien como yo?
Soy como un ordenador sin disco duro,
todos mis recuerdos,
mis imágenes,
mis pensamientos…
se silenciaron.
Como un ventilador
que deja de girar en pleno verano.
Silencio.
Silencio…
Con la toalla en la cintura,
miro por la ventana.
El árbol se agita,
violento,
y me pregunto:
¿dónde se esconden
los pájaros que dan cuerda al mundo
cuando hay tormenta?
¿En relojes rotos?
¿En horas colgando del tic-tac?
¿Y los gatos…
dónde van cuando llueve?
¿Dónde estás, Señor Gato?
¿Alguien se acuerda de ti?
Yo sí.
Hace días que no te veo.
Echo de menos
el calor de tu cuerpo
en mi regazo.
Tu corazón latiendo.
Y de pronto,
un cuervo grazna a lo lejos.
O tal vez no tan lejos.
Tal vez dentro de mí.
Como en ese libro que leo.
Hay un Kafka mirando el borde,
hay un pozo en medio
de mi oscuridad.
Tengo que arreglar el sueño,
robarle la luz al alma,
porque si no lo hago… Rebeca no volverá.
Y mi gato tampoco.
Se fue detrás de ella.
La música del piano crece,
se eleva…
como una vela
consumiéndose poco a poco
hasta apagarse.
La habitación queda en penumbra,
en silencio.
Vivo desde hace años en silencio.
En algún lugar del mundo,
estás tú.
Y estoy yo.
En medio de esta habitación vacía,
con una toalla enroscada en la cintura,
con el cabello mojado,
y el viento golpeando mi ventana.
Mi corazón se ha detenido.
El mundo
se ha detenido.
Y tengo miedo.
Miedo de romper
este silencio.