Nací en este mundo podrido. Tierra podrida. Dios sin brazos ni piernas, que me dignificó con cadáveres bajo mi almohada. Eso significa escribir ahora.
Amar me rompió hasta volverme monstruo. Un monstruo sin piel, manchado de sangre de los que me hicieron daño. También tengo, guardados, los hombres muertos que te hicieron daño a ti. Estoy lleno de oscuridad. La luz se apaga. Lucho contra lo odiado. El engranaje de mi cabeza repite la misma frase: rómpeme el corazón en la frente, demuéstrame que aún merece la pena.
¿Oyes rechinar mis dientes? No duermo hasta devorarte. Lo único que cambia es cuando olvido. Ayer. Hoy. Mañana. Las paredes llenas de sangre con tu nombre. Siempre.
Te mataré, joder. No me engañes. Corta el aplauso. Hazlo bien matando a otras. Entrégate a tus demonios. Di adiós. Mi rendición.
Nacido en isla, siendo isla vacía. Criado por cuervos tatuados en la memoria. Sé que tú también escondes dolor. Ignora los sentimientos. Que tus ojos no despierten hasta mirarme. Sonríe sin volver atrás. Olvida en algún rincón del cielo mi nombre. El amor ha caído demasiado lejos.
Amanecer somnoliento. Hambre diciendo “Te quiero”. Sayonara, muerte. Manos pálidas. Me vuelvo loco. Perecer. Espeluznante. Vuélvete loca aquí, conmigo. Estoico. Canta. Baila bajo la lluvia. Eres hermosa. Nunca dejaré de perseguirte. Como Michael Myers.
Escondes tus lágrimas fugaces en tu corazón. Balanceándote para siempre en el filo de mi cuchillo. Intoxicada con flores de cerezo secas que te regalé hace tiempo. Tus heridas duelen. Una vez que se derritan, tus dulces palabras te harán reír. Ven aquí. Vuélvete loca aquí, conmigo. Estoico. Canta. Baila bajo la lluvia. No te vayas. Parece que borrarás todo lo que te revolotea. Incluso a mi.
En la madrugada. Insúltame. Bésame. Busco salvación con manos sin uñas. Odio al forastero que se refleja en el espejo.
El tiempo bloqueó las heridas. He olvidado el dolor. Pero el dolor no se avergüenza de repetirse. Continúo buscando en la oscuridad, temblando. Bajo el cielo infinito, sin nada visible, escondo lágrimas y mentiras. Escribo deseos superpuestos hasta que mis ojos se sequen. Soy una puta escribiéndote poesías en tu cabaret.
Peleamos por sueños aburridos, pero quiero sentir un débil latido. Escribo mi obsesión cada vez mayor. Por ti. Conmigo. Devórame bajo la lluvia. Hasta que mis ojos llorosos se sequen.