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SICKLOVEDRUGEMPTYWORLD
LA DOULEUR
Que la ausencia sería paz, una tregua, una anestesia universal. Pero mi nacimiento traía consigo la maldición de sentir, de vivir cada punzada como un cuchillo en la médula de zurcir con alambres cada vena, cada latido que se resistía a apagarse.
Nadie soportó conmigo lo insoportable, nadie se obsesionó con mi propio corazón como yo, nadie miró de frente el espectáculo grotesco de mis demonios personales abriendo puertas para dejar entrar a los fantasmas de siempre arrastrando melancólicamente tiempos mejores, días que quizá nunca fueron tan buenos como la nostalgia insiste en hacerme creer en el ayer.
Quizá sea apatía crónica.
Quizá dolor crónico.
Quizá una enfermedad sin cura cuyo único remedio es el que a todos nos receta el tiempo.
"Qué cosas más tristes escribes siempre..."
Lo sé.
Pero perdóname.
Y te perdono también,
porque llegas tarde.
Si es que vas a llegar alguna vez.
Soy como ese jarrón con flores secas.
Golpes inevitables.
Decepciones constantes.
Amores fugaces.
Abandonos asegurados.
Aprendí a aceptar la nada, a convivir con ella como un huésped permanente, por eso si me voy será sin motivo aparente sin dramatismos ni despedidas, porque nadie conoce estas palabras, nadie sabe lo que hay dentro de mí, nadie entiende cómo todo duele el dolor.
CUANDO VENGAS
MISERABLE
?
PIES PLANOS
Es un mareo constante.
VEN A ARDER CONMIGO

- Hola, que haces por aqui otra vez?
- Estoy esperando a ver si te veo pasar.
- Pues ya me ves.
-Sí, pero ya es la hora de despertar...
EL DIABLO
Era las lágrimas de mis ojos, pero ahora soy rayos y truenos en el cielo. No más súplicas, no más noches deshechas entre respiraciones cortadas. Espero que disfrutes de las migajas del amor, de su calor de mentira, de su abrazo vacío. Que te tapen sus brazos, que te cuenten cuentos bonitos, que te susurren promesas que no pesan nada.
LO QUE MEJOR SABES HACER
—Entonces sigue tirando…
ENGAÑATE
VAMOS A VER
Rebeca, ¿hasta dónde crees que puedo llegar antes de romperme del todo? ¿Cuánto filo más puede resistir mi carne antes de abrirse en un último suspiro? Lo que hicimos no fue amor, fue algo más sucio, más primitivo, más cercano a la violencia que a la ternura. Y sin embargo, aquí estoy, aferrándome a la idea de que quizá, en algún rincón de tu piel, dejaste un espacio vacío para mí.
NIÑOS
Explotar el potencial, encontrar el origen.
CINTA DE MOEBIUS
No quería ser un disco duro. No quería ser solo un contenedor de recuerdos fríos, de imágenes almacenadas en carpetas polvorientas de mi cerebro, de fragmentos de voz que se reproducen en bucle sin emoción.
LA LÓGICA DEL SUICIDIO
No quiero luchar. Quiero dejarme hundir.
Pero te pienso, Rebeca. En la forma en la que tu piel se pegaba a mis manos como un animal hambriento. En la manera en la que tus piernas se enredaban en mi cuerpo, pidiéndome más, sin hablar, sin rogar, sólo exigiéndolo con el hambre de quien sabe que merece ser devorada.
Estos días he estado así, como si el agua me tragara y el aire no quisiera volver a entrar en mis pulmones. Me levanto, me obligo a respirar, me obligo a moverme. Trabajo. Camino por calles llenas de rostros que me importan una mierda. Y vuelvo a casa. Repetir otra vez.
El tren se retrasa. Una chica me cuenta que la mejor amiga de su hija se suicidó. Dejó a su marido, dejó a sus hijas. Dicen que fueron las pastillas.
Y sólo puedo pensar en ti, en si también has sentido la lógica del suicidio como una corriente que te arrastra al fondo, si alguna vez miraste el borde de una ventana con la misma desesperación con la que yo lo he hecho. No puedo soportarlo, Rebeca. Prefiero imaginarte enredada en sábanas húmedas, mordiéndome la boca, arañándome la espalda, pidiéndome que te folle como si fuera la única razón por la que sigues viva.
Pero no estás. Y yo estoy harto. De todo.
Espero el tren y siento la provocación de la desesperación, de la ira, del auto-odio. Me odio por quererte. Me odio por recordarte. Me odio porque no me odias. ¿Para qué? ¿Para qué seguir si la única vez que sentí que existía fue cuando mi cuerpo se hundía en el tuyo?
El tren no llega. El universo también se ríe de mí.
Me quedo solo con mi teléfono. Paso el tiempo viendo la vida de otros, deslizando el dedo en una pantalla vacía, buscando algo, cualquier cosa, que me devuelva aunque sea un reflejo de lo que alguna vez fue estar contigo.
Pero nada. Sólo la lógica del suicidio, susurrándome al oído como si fuera tu voz.
"Me echaste en el abismo, las profundidades del mar. El diluvio me rodeaba. Tus olas están por todas partes. Las aguas me rodean y casi me ahogan. El abismo me rodea y atormenta mi cabeza. Cuando mi corazón está débil pienso en ti."
TELETRANSPORTACIÓN A TU LADO
Tengo tantas confesiones que no puedo decirte en voz alta, Rebeca. Como que he rastreado cada rincón de internet hasta encontrarte, hasta dar con tu cuenta privada, con esa puerta cerrada que me grita que ya no soy bienvenido. Sé que es infantil, que es patético, que es una obsesión de mierda seguir haciendo esto, pero no puedo evitarlo. Todavía sueño con recibir algo tuyo, aunque sea una maldita nota escrita en una servilleta, con tu nombre al final, como si fuera un mensaje cifrado que solo yo pudiera entender. Pero sé que eso nunca va a pasar.
Nunca pasa nada conmigo. No me toca. No está en mis cartas. Porque yo no nací para vivir estas cosas, solo para escribirlas. Para darle vida en papel a lo que nunca tendré en carne. Y entenderlo fue lo que terminó de matarme. Fue lo que convirtió mi corazón en un páramo helado, en un invierno sin fin.
Te busqué en todas partes y nunca supe si eras la indicada. Porque cuando te tenía enfrente, algo siempre se torcía, algo siempre se descomponía entre nosotros. Y sin embargo, aquí estoy, escribiéndote otra vez, como un idiota, como un condenado.
Eres sencilla y valiente y estás loca de una forma que me destroza y me fascina. Y sé que no te merezco, porque te mereces un amor sin grietas, sin dudas, sin este lastre de dolor que arrastro conmigo. Alguien que luche por ti, que haga realidad lo que yo solo sé escribir. Pero si me dieran la oportunidad, si este mundo funcionara de otra manera, te haría el amor hasta quedarme sin palabras, hasta que mis labios se desgasten en los tuyos, hasta conquistar todos los cielos y todos los infiernos donde los escritores malditos han perdido la cabeza por una mujer como tú.
NUNCA SUPE
Nunca supe exactamente cuándo empecé a sentirme atraído por ti, Rebeca. Quizá fue desde ese primer momento en que te vi después de tanto tiempo. Habías cambiado. Tus ojos seguían siendo los mismos, pero el brillo era otro, como si escondieras algo que nunca me ibas a contar. Como si el tiempo hubiera hecho algo contigo que yo jamás entendería.
Siempre he sentido que mis emociones son un peso muerto. Un tumor que crece y me aprieta el cuello. Siempre han sido sentimientos tristes, incapacitantes, una mierda de recuerdos anclados en mi infancia que me persiguen como una jauría de perros rabiosos. Por eso me esfuerzo en vivir el presente, porque cuando miro atrás lo único que veo son sombras deformes con brazos demasiado largos, tratando de atraparme. Pero tú, tú me haces mirar atrás y adelante al mismo tiempo. Me jodes el equilibrio. Me desarmas.
Me esfuerzo por hacerte sentir bien, por ser algo que puedas amar sin dudas, pero es como si estuviera condenado a repetir siempre la misma historia. Discutimos. Nos destruimos. Nos alejamos. Y al final, siempre vuelvo a ti con los nudillos rotos de tanto golpearme contra esta maldita pared invisible que hay entre nosotros.
No soy un niño inmaduro, solo tengo miedo. Miedo porque nunca me había pasado esto, nunca alguien me había arrancado el control de las manos como tú lo haces. Contigo, me siento al borde de un precipicio, y a veces me dan ganas de saltar. No quiero estar más peleado contigo. No quiero que nada nos impida estar juntos. Pero, Rebeca, si esto sigue así, si seguimos arañándonos el alma cada vez que nos acercamos, tal vez un día de verdad nos matemos el uno al otro.
Y aun así, aquí estoy. Dispuesto a luchar. A perder. A hundirme contigo si hace falta. Porque si algo he aprendido es que hay cosas que simplemente no se pueden dejar ir. Y tú eres una de ellas.
ABUSON
Ese niño sigue ahí. Apretando los dientes en la oscuridad, sintiendo las manos de otro más grande empujándolo contra la nada. Y hay risas. Siempre hay risas. En algún rincón de mi cabeza, una versión de mí se burla, carcajadas secas que arañan las paredes de mi cráneo, como si todo esto fuera un chiste interno del que solo yo no me entero. Otra parte de mí le grita que se calle, que deje de hacer más insoportable el espectáculo de mi propia miseria.
AMOR PIXELADO
SIN SENTIDO
PUTO GATO NEGRO
El gato seguía ahí, en la silla del escritorio, con el culo hundido en el cojín que aún olía a ti. Me miraba con esos ojos de vidrio amarillo, indiferente, pero yo sabía que te echaba de menos. O quizás solo era mi propia nostalgia proyectada en su puta mirada. Como si el animal entendiera algo del vacío que dejaste, de la piel que ya no está, de las uñas que no arañan mi espalda.
En algún momento pensé que me iba a hablar y me iba a preguntar también dónde está Rebeca.
A veces me daban ganas de decirle que Rebeca ya no estará nunca más, pero no lo hacía. Solo me quedaba mirándolo mientras el insomnio me mordía las tripas y las ganas de follarte me hacían apretar los dientes.
Porque aún te imagino ahí, con las piernas abiertas sobre la mesa, con la ropa arremangada, con esa boca que solo sabía destruirme y yo empujándote con violencia. Me imagino arrancándote la ropa a mordiscos, clavándote los dedos en los muslos hasta dejar marcas. Me imagino tu lengua caliente, tu saliva resbalando. Sigue cada vena de mi polla con tu lengua, cómeme como si te fuera la vida en ello, como si quisieras tragarme entero. Como si este maldito deseo no fuera a acabar con nosotros.
Pero el gato solo me mira, inmóvil, ajeno a todo. Y la silla sigue vacía. Y tú no estás. Él tiene 7 vidas para olvidarte y yo solo una.
ALONE
NIÑO ADOLESCENTE ADULTO IDIOTA
SOMBRAS DISPARES

3.00 AM
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STANDBY BY ME
LO QUE NUNCA VA A VOLVER

ESCENA ELIMINADA
COMPULSIVAMENTE
Siempre estoy así. Siempre, jodidamente siempre. Lo suficiente como para que solo necesite a alguien tan podrido como yo, alguien que entienda que esto no es solo sexo, que no es solo ganas, que es algo que me carcome desde adentro, que me enferma.
LUNA

NADA QUE QUEMAR
ERES FUEGO
NADA Y TODO
"Quiero ser nada para ser todo para ti"
Ese pensamiento la engulle. Se desliza por su mente como la letra de su canción favorita, como una verdad absoluta. Su vida no es suya, nunca lo ha sido. No quiere que lo sea. Quiere despertar con su boca llena de él, con su cuerpo marcado por su voluntad, con su piel moldeada por sus deseos. Quiere existir solo para complacer.
Él es lo primero y lo último. Su placer es la única ley.
Cada mañana se arrodilla antes de que él abra los ojos, antes de que su cuerpo despierte por completo. Sabe cómo hacerlo, sabe cuándo acelerar, cuándo detenerse. Sabe que su lengua no es suya, que su garganta es un camino que no le pertenece.
El mundo no tiene sentido fuera de esto. No hay orgullo, no hay identidad, solo la necesidad de ser usada, de ser moldeada. No hay preguntas, solo respuestas dictadas por él. Su cuerpo se convierte en un objeto, en una herramienta de carne y deseo, en una extensión de su voluntad.
Sabe que debe estar lista en cualquier momento. Que su ropa no es suya. Que su piel no le pertenece. Que sus agujeros deben ser moldeados para él, preparados, entrenados. Que cada marca en su cuerpo es un recordatorio de lo que es.
No hay humillación en servir, porque no hay yo, solo él.
Y cuando la noche cae y su cuerpo tiembla de agotamiento, solo queda una certeza: mañana volverá a empezar. Y no querría que fuera de otra manera.
SILENCIO
La miro desde arriba, los ojos clavados en su expresión, buscando la chispa exacta, el momento en que todo haga clic dentro de su cabeza.
HAZLO
—¿Puedo atarte y provocarte durante horas, o eres aburrida?
Ella me mira, las pupilas dilatadas, la respiración entrecortada. No responde de inmediato. Sabe que la pregunta es una trampa, que cualquier respuesta la arrastra a donde yo quiero.
Tomo su muñeca y la guío hacia la cabecera de la cama. No se resiste. No del todo. Su piel tiembla bajo mis dedos, pero no es miedo. Es expectación.
La cuerda se desliza como una serpiente, envolviendo sus muñecas, ajustándose con precisión. Podría soltarse si quisiera. Pero no quiere.
—¿Y bien? —susurro contra su cuello, mis labios rozándola apenas, como una promesa.
Ella exhala, arqueándose, buscando más.
—Hazlo.
ESPEJO
El espejo refleja la imagen como un eco sucio de lo que está pasando. Sus manos están apoyadas contra el cristal, los dedos resbalan dejando marcas de humedad y desesperación. Me mira a través de su propio reflejo, los labios entreabiertos, la respiración cortada, los ojos vacíos de todo excepto de esto.
Doggystyle in the mirror so you can watch me pound you.
Cada embestida la empuja más contra el vidrio, su cuerpo tiembla, su espalda se arquea y su boca se abre en un gemido que no puede controlar. Le gusta verlo, le gusta vernos, la imagen borrosa de dos sombras chocando una y otra vez hasta que todo lo demás desaparece.
El cuarto es un escenario de jadeos, de sudor, de piel pegajosa y carne reclamando carne. No hay ternura en esto, solo necesidad, solo la urgencia de hundirse en la otra persona como si fuera la única forma de existir.
Y luego, cuando todo termina, el espejo sigue ahí. Con las marcas de sus dedos, con la imagen de dos cuerpos que ya no se tocan. Con el reflejo de alguien que, por un instante, creyó haber sido real.
NUNCA ESTUVO ALLÍ
ARDE
NO TE CANSAS
Nunca te cansas de hacerme daño. Es como si cada latido mío fuera una invitación, un recordatorio de que sigues ahí, de que nunca te fuiste. No importa cuánto tiempo pase, cuánto intente arrancarte de mi cabeza. Sigues regresando, como un veneno que el cuerpo nunca aprende a expulsar.
CUENTAS ABANDONADAS LAST POST 2013
BAJO RENDIMIENTO
Estaba sentado en la silla de la cocina, los codos apoyados en la mesa, la cabeza hundida en las manos. No sabía qué hora era. El tiempo con ella siempre se había deshecho entre mis dedos, como si abrir una ventana bastara para tirar por ella todos los relojes, todas las fechas, todos los recuerdos que nunca fueron reales.