¿Por qué mi corazón se siente de esta manera?
¿Por qué ha pasado media vida y siempre ha sido así?
Quiero decir, como si alguien hubiese abierto con un bisturí mi pecho por la mitad con una precisión quirúrgica mientras duermo, para acto seguido separar con sus manos desnudas las dos mitades de mi piel. Buscando con una incisión en mi tórax, mi corazón aún latiendo. Para, sin titubear, cortar todas las arterias y venas conectadas a él. Con el único fin de extraerlo, aun caliente. De esta manera, poder practicarle unas pequeñas incisiones que no impidan del todo su funcionamiento, pero que tampoco funcione bien del todo. Un corazón aparentemente sano, que ya no lo es, manipulado y semiroto por partes, un corazón lleno de heridas que te permite seguir viviendo. Es como si hubiesen puesto algo pesado en su interior, algo que a veces es sólido, pesado y duro, y otras es algo que se acerca hasta la garganta y no deja el aire pasar.
¿Por qué es así?
¿Es tu depresión así?
Para mí se siente vacío, vacio sin acento y vacío con acento; da igual qué vacío sea, es el mismo vacío de toda la vida, ese vacío que significa "que no contiene nada" o la ausencia de algo. Pero sí que contiene algo, o eso se supone, aunque solo sea la cáscara que se mantiene con vida. La ausencia de algo, pero ¿la ausencia de qué?, si ni siquiera lo puedo poner con palabras.
A veces es algo tranquilo; es un dolor tan tranquilo que te desangra suavemente sin apenas notarlo, un dolor tenue, sencillo y frágil, que está ahí como un corte que no deja de sangrar, pero tú ni siquiera te has dado cuenta de que te has cortado hasta que te rozas sin querer con tu propia sangre. A veces ese dolor es así. Y mientras tanto, tu cuerpo va perdiendo peso, te vas sintiendo cada vez más liviano y cada paso que das sientes que te vas a caer, porque tu cuerpo, en vez de estar formado por carne y huesos, ahora parece estar hecho de cristal.
Otras veces es algo violento, es como si hubiese una tormenta, pero una tormenta en medio de un mar infinito o en medio de un desierto vacío y seco. Ruge el viento, se mueven las olas, se esparce la arena, hay un caos interior dentro de ti, no hay un pensamiento bueno ni un sentimiento que no produzca otra cosa que dolor físico. Hay un caos dentro de ti, pero que nadie nota mientras algo te devora desde dentro hacia afuera.
Y otras veces es algo físico, como si llevaras un trozo de hierro en cada hombro que pesara 25 kilos; estás cansado, pero aunque no pares de dormir, al levantarte, sigues estando igual o más cansado que antes. Es una sensación repugnante que te hace querer separarte de tu propio cerebro, pero no sabes cómo; estás atrapado en un lugar que no existe, que no deja de torturarte. Quieres salir porque sabes que no es un buen lugar para estar, que solo duele estar allí, pero no puedes irte. Y así cada extremidad de tu cuerpo sufre, se retuerce; cada lágrima que cae empuja cada vez más un pilar de hormigón en forma de estaca apuntalándose en tu pecho, que se contrae cada vez más, que sangra cada vez más, sangre, sangre invisible. Un dolor incómodo que nunca termina de matarte.
Ojalá pudiera saber por qué está pasando esto. Es realmente extraño, me siento realmente extraño; es la misma sensación cuando veo mis fotos de pequeño y me veo a mí mismo sonriendo, no me reconozco. ¿En qué momento pasó? ¿En qué momento dejé de sentir o sentí demasiado? ¿En qué momento fue? ¿Cómo puedo arreglarlo, si es que tiene solución?
Puede sonar muy tonto, sin embargo. Pero a veces me pregunto si un alma rota es así.